GALVESTON, EEUU - Millones de estadounidenses permanecían sin energía eléctrica ni agua este lunes tras el paso del huracán Ike, que desde las costas del Golfo se dirigió al hacia el Medio Oeste del país, dejando más de 15 muertos en nueve estados.
El gobernador de Texas Rick Perry dijo el lunes que podrían pasar semanas antes de que los residentes pudieren regresar a Galveston, una pequeña ciudad balnearia en una isla situada entre una laguna y el Golfo de México, que fue devastada por el ojo del huracán, y pidió que los residentes no vuelvan hasta que la situación haya mejorado.
La cifra de muertos podría seguir aumentando durante las tareas de limpieza, advirtieron por su parte funcionarios.
Se estima que unas 20.000 personas en las costas texanas ignoraron las órdenes de evacuación y trataron de resistir los embates de Ike cuando tocó tierra el sábado a las 07H10 GMT, trayendo consigo un muro de agua y vientos de 200 km/h.
Sólo en los estados de Texas y Luisiana unos 2,6 millones de hogares y negocios carecen de electricidad, según el Departamento de Energía estadounidense.
Cubierta de escombros, Houston, la cuarta ciudad más poblada del país, impuso un toque de queda para toda la semana debido a las inundaciones y el peligro de las líneas de alta tensión caídas.
Simon Chabel, de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), dijo a la AFP que 3.743 personas fueron rescatadas hasta el domingo a través de Texas después de que Ike arrancó los tejados de las casas, derribó árboles e inundó las carreteras.
Funcionarios aconsejaron a los residentes refugiados fuera de la región permanecer allí hasta que hayan mejorado las condiciones.
"Galveston ha sido golpeado con fuerza. No tenemos electricidad. No tenemos gas. No tenemos comunicaciones. No estamos seguros de cuándo alguno de estos (servicios) estará reparado y funcionando", dijo la alcaldesa del balneario, Lyda Ann Thomas.
"No regresen a Galveston", añadió la alcaldesa en una petición a sus residentes. "No pueden vivir aquí ahora mismo", advirtió.
Tres compañías estadounidenses de evaluación de riesgos han cifrado los daños provocados por el ciclón entre 8.000 y 18.000 millones de dólares.
El gobernador de Texas Rick Perry dijo el lunes que podrían pasar semanas antes de que los residentes pudieren regresar a Galveston, una pequeña ciudad balnearia en una isla situada entre una laguna y el Golfo de México, que fue devastada por el ojo del huracán, y pidió que los residentes no vuelvan hasta que la situación haya mejorado.
La cifra de muertos podría seguir aumentando durante las tareas de limpieza, advirtieron por su parte funcionarios.
Se estima que unas 20.000 personas en las costas texanas ignoraron las órdenes de evacuación y trataron de resistir los embates de Ike cuando tocó tierra el sábado a las 07H10 GMT, trayendo consigo un muro de agua y vientos de 200 km/h.
Sólo en los estados de Texas y Luisiana unos 2,6 millones de hogares y negocios carecen de electricidad, según el Departamento de Energía estadounidense.
Cubierta de escombros, Houston, la cuarta ciudad más poblada del país, impuso un toque de queda para toda la semana debido a las inundaciones y el peligro de las líneas de alta tensión caídas.
Simon Chabel, de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), dijo a la AFP que 3.743 personas fueron rescatadas hasta el domingo a través de Texas después de que Ike arrancó los tejados de las casas, derribó árboles e inundó las carreteras.
Funcionarios aconsejaron a los residentes refugiados fuera de la región permanecer allí hasta que hayan mejorado las condiciones.
"Galveston ha sido golpeado con fuerza. No tenemos electricidad. No tenemos gas. No tenemos comunicaciones. No estamos seguros de cuándo alguno de estos (servicios) estará reparado y funcionando", dijo la alcaldesa del balneario, Lyda Ann Thomas.
"No regresen a Galveston", añadió la alcaldesa en una petición a sus residentes. "No pueden vivir aquí ahora mismo", advirtió.
Tres compañías estadounidenses de evaluación de riesgos han cifrado los daños provocados por el ciclón entre 8.000 y 18.000 millones de dólares.
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