NUEVA YORK._ Un tierno y pequeño bebé de sólo ocho meses de nacido identificado como Elijah Rodríguez, fue asesinado a golpes en un hogar para desamparados del condado de El Bronx y la policía arrestó al padre de la criatura John Rodríguez (21 años de edad) a quien acusa por el homicidio del infante.
El progenitor, a quien su esposa Wanda Rosado, lo tenía como “el padre perfecto”, según dijo ella a los medios bañada en llanto, fue interrogado en el cuartel 42 del mismo condado y después de varias horas de intenso cateo, confesó a los detectives que le había dado fuertes golpes a la criatura, entre estos un puñetazo en el vientrecito, “porque el niño me desesperó cuando comenzó a llorar mucho y no quería callarse”.
Rodríguez es un guardia de seguridad de edificios y discotecas que se quedó sin empleo hace algunos meses por lo que él, su mujer y el niño tuvieron que irse a vivir a un hogar provisional de los que dispone la ciudad para desamparados y familias desalojadas.
Las autoridades dijeron que el padre de la víctima estaba siendo vigilado por oficiales de la Agencia de Protección al menor (ACS, siglas en inglés) debido a que anteriormente se le encontraron hematomas al pequeñito y el papá alegó que esos golpes habían sido por una “caída”.
El médico forense decretó el martes que el bebé había muerto a causa de traumatismos en el abdomen por lo que la policía procedió a arrestar al padre ayer miércoles y encausarlo a través de la fiscalía en la Corte Criminal de El Bronx ayer jueves.
“Delante de mi, él era un padre perfecto, nunca lo ví golpear a nuestro bebé, pero el mató a mi hijo”, expresó la mujer en la puerta de la dotación policial mientras detectives de homicidios conducían a la cárcel a Rodríguez.
“El asesino de mi nieto confesó todo a la policía me dijeron los detectives”, sostuvo la abuela del bebé asesinado Rosa Cruz de 47 años de edad. Según ella, su yerno les dijo a los investigadores que él se había enojado porque el bebé no dejaba de llorar y lo golpeó en el estómago dos veces con una fuerza tan brutal que lo mató al instante.
Por su parte la ACS dijo que mantenía abierto un caso contra la pareja después que el bebé fue ingresado al hospital con bracito roto en agosto de este año. El papá les dijo a los médicos y a la policía que Elías se había roto el brazo en una caída accidental.
La madre recordó que su esposo explicó en ese entonces que había puesto al niño en una silla, pero se olvidó de sujetarlo con la corre por lo que se cayó. Las autoridades dicen que recibieron dos quejas contra Rodríguez por violencia doméstica. Testigos informaron que habían visto al hombre y a la mujer “peleando como perros y gatos”, pero nunca abusando o maltratando al menor.
Se informó que los tres tuvieron que mudarse a un hogar temporal en West Faros después que el asesino fue despedido el martes de la mañana de su empleo como guardia de seguridad de una casa privada. Se quedó cuidando al niñito porque éste tenía una cita con el doctor donde debía llevarlo.
En vez de eso, lo asesinó a golpes.
Después de la 1:00 de la tarde del miércoles, Rodríguez llevó al bebé inconsciente a un Centro de Salud de la avenida Washington y los galenos que lo atendieron encontraron sospechosas las contusiones en el abdomen de la criatura. Fue enviado a emergencia del hospital Lincoln, donde se le practicó una cirugía para tratar de salvarlo.
Más de 20 miembros de las familias del propio Rodríguez y su esposa se congregaron frente al cuartel 42 para enfrentarlo con epítetos y consignas de “asesino, ¿porqué lo hiciste?
“¡Vas a sufrir por esto!”, gritaban otros contra el acusado de asesinar a su hijo. Un impasible imputado fue metido por los detectives a un carro patrulla de la policía en medio de los gritos de los familiares.
Algunos dieron fuertes golpes en la carrocería del coche policiaco para descargar la indignación que sentían ante el crimen. “Esperamos por justicia, él mató a su propio hijo”, dijo una hermana de la madre identificada como Gloria Sánchez de 31 años de edad.
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