POR MANUEL A. QUIROZ*
Paradójicamente, provienen de la propia área periodística algunos de los dardos envenenados que de tiempo en tiempo se lanzan contra medios de comunicación que actúan con independencia y que se preocupan de que sus reporteros no se dejen penetrar o manipular por malsanas influencias ajenas a las líneas éticas, editoriales e informativas de los periódicos para los cuales laboran.
Amparados en un malinterpretado derecho, estos guerrilleros verbales se sienten con el poder, y lo ejercen de forma desembozada e impune, para despotricar contra ejecutivos y propietarios de diarios que al parecer han cometido un pecado capital: no haberles dado cabida o beligerancia, actuar conforme a normativas de honestidad profesional y no prestarse, como hacen algunos pretendidos comunicadores, a usar la información y los comentarios como un instrumento al servicio del mejor postor, con lo cual se desnaturaliza el sentido de idoneidad que debe caracterizar al ejercicio periodístico comprometido de verdad con el servicio de orientación a la sociedad y los ciudadanos, además de participar en el aspecto social en la defensa de la comunidad para ser una vía expedita de expresión a sus inquietudes, deseos y necesidades. Estas murmuraciones causan molestia, como todo aquello que es prohijado por la perversidad, pero en modo alguno apartan de su trayectoria a quienes desde la dirección de algunos medios reniegan de usar la descalificación más abyecta para concitar morbo y atención por esa vía, aunque nada temen a la confrontación con áreas de poder económico o político, no importa el estamento en que estén situadas, cuando se trata de informar con amplitud en beneficio del público y por encima de intereses espúreos o particulares. La falta de oficio y la vagancia intelectual fomenta también estas críticas alegres e injustificadas de parte de comentaristas radiales que quieren imponer, en base a sus cuestionables concepciones, la forma en que debe manejarse la política editorial en medios respetables.*EL AUTOR es director del periódico EL CARIBE
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