LA HABANA.- Después de emitir varios comentarios halagüeños para el presidente Barack Obama, el líder cubano Fidel Castro lanzó sus primeros dardos contra el gobernante estadounidense a quien le reprochó por no devolver a Cuba el territorio que ocupa la Base Naval de Guantánamo."Mantener una base militar en Cuba contra la voluntad de nuestro pueblo, viola los más elementales principios del derecho internacional", expresó el convaleciente dirigente en una de sus habituales "Reflexiones", las columnas de opinión mediante las cuales suele dar a conocer su pensamiento en temas nacionales e internacionales.
Castro consideró como un "acto de soberbia y un abuso de su inmenso poder contra un pequeño país".
A su arribo a la Casa Blanca la semana pasada Obama firmó una resolución para cerrar la prisión instalada en Guantánamo por George W. Bush, en donde se encuentran confinados decenas de acusados por terrorismo.
Muchos gobiernos y personalidades aplaudieron la medida. Sin embargo, La Habana indicó que se trataba de un decisión "insuficiente" pues también se debía restituir el territorio ocupado por los militares norteamericanos desde comienzos del siglo XX.
Castro dejó claro que Cuba no aceptará ninguna condición de Estados Unidos para devolver el territorio ocupado por la base militar, particularmente si implica imposiciones de cambio al sistema comunista de la isla.
Varios líderes latinoamericanos pidieron a Obama el fin de las sanciones contra Cuba y la devolución del territorio de la base.
El ex presidente cubano escribió que al seguir por televisión la juramentación de Obama apreció en él a un hombre sincero y honesto. En su nueva columna, criticó que el gobierno de Washington avale los argumentos esgrimidos por Israel para lanzar un ataque militar contra la Franja de Gaza que dejó miles de muertos palestinos, en su mayoría civiles.
"Es el modo de compartir el genocidio contra los palestinos en que ha caído nuestro amigo Obama", dijo Castro al indicar que Estados Unidos nunca "se distanciará" de Israel, su principal aliado en la región y cliente significativo "de la próspera industria militar" norteamericana, con lo cual "amenaza, con una violencia extrema, a la población de todos los países de fe musulmana".
De 82 años de edad, el convaleciente líder cubano delegó el poder en 2006 en su hermano Raúl Castro y desde entonces no fue visto en público aunque eventualmente recibe a políticos aliados o personalidades.
La última en ser atendida por Castro fue la mandataria argentina Cristina Fernández.
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