jueves, 27 de mayo de 2010

¿Semejanza con Boabdil?

Por: Elsa Peña Nadal
“El país y la Patria, ni comenzaron ni terminarán con estas elecciones recién pasadas, ni con las del 2012; ni tampoco con las querellas y los triunfalismos de sus políticos, porque como bien dice el pueblo: “ma pa’lante vive gente”.

Santo Domingo.-Este último Rey moro de Granada demostró ser un verdadero desastre como estratega y comandante en jefe de los ejércitos nazaríes, y es responsable ante la historia por haberle rendido la ciudad a los Reyes Católicos.

“Divide y vencerás” fue parte de la estrategia usada por los Reyes Católicos para dar al traste con ocho siglos de dominio musulmán, logrando que se enfrentaran todos contra todos dentro de la propia familia del Rey moro.

Boabdil, alentado por su madre, la Sultana Aixa, combatió, tanto a su padre como a su tío y se alzó con el poder. Fue víctima de la propia debilidad interna de su reino.

Una vez derrotado, y camino al exilio en la región que le reservaron los triunfantes Reyes Católicos para que viviera con su corte y familia, cuentan los romances y/o cantares populares, que Boabdil hizo una parada a la altura de donde hoy se ubica el pueblo de Atura, y miró hacia atrás, invadido por la tristeza, haciendo una aspiración profunda que ha sido conocida como “El suspiro del moro”.

Aixa, al verle tan acongojado, le enrostró a su hijo: “Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre” (Por aquella mentirilla de que los hombres no lloran; sólo nosotras, las mujeres).

Hoy cabría comparar a Miguel Vargas con Boabdil, el último Rey moro, pero prefiero no unirme al coro despiadado que, desde su propia casa, hace el trabajo de sus contrarios.

El papel del líder es fundamental, pero no siempre determinante. En el PRD hay muchas cabezas pensantes y cargarle todo el dado a una sola persona, en este caso, a Vargas, no sólo es una injusticia, sino una gran irresponsabilidad.

Pero vemos, cómo las flechas continúan siendo lanzadas desde y hacia dentro del mismo PRD, en momentos en que se están haciendo reclamos de algunos resultados electorales, que bien podrían ser valederos, aunque nunca hasta llegar al “colosal fraude electoral” que se quiere esgrimir para tapar la vergüenza.

Si alguna semejanza hay entre este crujir de dientes y de llantos “magdalénicos” con el de los moros granadinos, ante la derrota, es con el propio Partido Revolucionario Dominicano en su conjunto, donde los que no pecaron por acción, lo hicieron por omisión. Con honrosas excepciones.

Pero lo lamentable es que un partido que sacó el 45% de las votaciones del 16 de mayo, sin alianzas, y pese a la garata con puños que mantuvo en todo momento, sin hacer oposición al gobierno, y con todas las deficiencias y fallas que ellos mismos admiten haber cometido, siga aún tirándose las cajas y los cajones, en una lucha interna que da pena y “vergüenza ajena”, como dicen los chilenos, desaprovechando resaltar estos resultados.

Hasta un bebé de pecho podría aconsejarles que, en lugar de estarse enfrentando entre ellos mismos, el PRD debería abocarse a trabajar por la unidad, luego de hacer un recuento autocrítico de los errores incurridos, para tratar de salir fortalecido de este proceso.

Porque de los errores se aprende; las derrotan enseñan: se dan pasos atrás, para poder luego avanzar. El que no aprende de los errores, los repite, dicen los más viejos. Pero no, hay mucho ego y orgullo e intereses personales de por medio en todo esto.

Y hay además, gente que cree que pisándole la cabeza y subiéndosele encima al otro, se gana en estatura. Y por eso están escupiendo dentro de su propia casa y sobre su misma cara. Una facción de idealistas sin ideales, que apuesta al poder para dentro de escasos 48 meses, con un triunfalismo “genial”, expresado en el slogan: “¡Llegó papá!”.

¡Por favor! ¿Otro Padre de la Patria?

Algo que tampoco tiene lógica a ojos de personas comunes y corrientes como yo, que no soy analista política ni politólogo, es estar hablando de movilizaciones de unas masas de militantes, que hasta hace muy poco no fueron tomadas en cuenta cuando éstas exigían su derecho a elegir y a trabajar por sus propios candidatos.

En el PRD no se han tomado el tiempo para ver lo peligroso de este accionar, unido al triunfalismo del partido en el poder y al descontento social contra los dos partidos mayoritarios, expresado en un 42% de abstención, pese a los millonarios recursos empleados en la recién pasada campaña electoral.

Hay un mensaje ya dado por el gobierno a través de sus Fuerzas Armadas, y bautizado por el Cardenal López Rodríguez, y aunque pareciera apuntar hacia el PRD, por su pataleo post electoral, es un mandado directo al colectivo nacional.

Aunque ya aclaré que no soy experta en estos temas, sí tengo un máster en los métodos utilizados por el balaguerato para “garantizar la paz y el orden”, y ya empiezo a oler los problemas en el aire y a leer los titulares de la campaña mediática que está tomando cuerpo.

Ojala la JCE agilice el conocimiento de todo lo pendiente, incluyendo las reclamaciones de todos los quejosos, sean del partido que sean, y que termine en paz la fiesta.

Quiera Dios que todos, de manera colectiva: gobierno, oposición, sociedad civil y Fuerzas Armadas, nos miremos en los espejos del pasado reciente para que seamos muy comedidos y cautelosos a la hora de actuar, sopesando muy bien las posibles derivaciones y consecuencias de nuestros hechos.

El país y la Patria, ni comenzaron ni terminarán con estas elecciones recién pasadas, ni con las del 2012; ni tampoco con las querellas y los triunfalismos de sus políticos, porque como bien dice el pueblo: “ma pa’lante vive gente”.

Sería bien juicioso aprender de los errores; así como analizar a fondo las victorias; dándole una segunda lectura al triunfalismo para no poner en peligro una democracia de la que hoy muchos se sirven con la cuchara grande, mientras el pueblo mira, hambriento, a través de las vitrinas.

Esto nos evitaría en un futuro, tener que recurrir, como el Rey moro, a inútiles lamentaciones.

elsapenanadal@hotmail.com

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