WASHINGTON.- Los últimos informes, elaborados por comités del Senado responsabilizan a altos funcionarios de la Administración Bush, como el ex secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en el entramado legal que permitió ejercer torturas sobre sospechosos de terrorismo durante las legislaturas republicanas.
Según informa la prensa estadounidense, existe una responsabilidad política en las altas esferas del Gobierno de George W. Bush, que forzaron la aprobación de estos métodos ilegales desoyendo las opiniones de expertos de la Inteligencia Nacional, y además una vinculación de estas torturas, empleadas por la seguridad nacional estadounidense, con los métodos militares desarrollados en Afganistán e Irak.
El presidente estadounidense, Barack Obama, ha dejado la puerta abierta para juzgar a los responsables de legitimar los malos tratos en la CIA. En el informe que hoy se presenta en el Senado se dan numerosos detalles sobre quién estaba detrás de este entramado.
Según publica el diario The New York Times, el informe de 232 páginas, producto de una investigación de 18 meses, señala que el antiguo secretario de Defensa, Donald H. Rumsfeld, y otros altos funcionarios del Pentágono tomaron partido para dar luz verde al esqueleto legal que permitió ejercer torturas sobre sospechosos durante el gobierno de Bush. Rumsfeld, que rechazó cualquier vinculación con la aprobación de los malos tratos, aparece como una de las figuras clave para extender estos métodos hasta las bases militares de Afganistán e Irak, donde EE UU luchaba contra Al Qaeda.
En las páginas del estudio se documentan cómo algunas técnicas fueron usadas por los militares en otras prisiones en el extranjero. Una vez que las técnicas de tortura fueron aprobadas, los métodos se convirtieron en la base de los interrogatorios no solo en las prisiones secretas de la CIA, sino también en campos del Departamento de Defensa como Guantánamo, en Cuba, y los existentes en Afganistán e Irak.
Torturas como impedir el sueño al preso, el ahogamiento fingido o la intimidación con perros formaban parte de los métodos recogidos en un programa militar conocido como Supervivencia, Evasión, Resistencia y Escape (SERE, en sus siglas en inglés). Militares estadounidenses se entrenaron bajo este programa que enseña a torturar al arrestado.
Según informa la prensa estadounidense, existe una responsabilidad política en las altas esferas del Gobierno de George W. Bush, que forzaron la aprobación de estos métodos ilegales desoyendo las opiniones de expertos de la Inteligencia Nacional, y además una vinculación de estas torturas, empleadas por la seguridad nacional estadounidense, con los métodos militares desarrollados en Afganistán e Irak.
El presidente estadounidense, Barack Obama, ha dejado la puerta abierta para juzgar a los responsables de legitimar los malos tratos en la CIA. En el informe que hoy se presenta en el Senado se dan numerosos detalles sobre quién estaba detrás de este entramado.
Según publica el diario The New York Times, el informe de 232 páginas, producto de una investigación de 18 meses, señala que el antiguo secretario de Defensa, Donald H. Rumsfeld, y otros altos funcionarios del Pentágono tomaron partido para dar luz verde al esqueleto legal que permitió ejercer torturas sobre sospechosos durante el gobierno de Bush. Rumsfeld, que rechazó cualquier vinculación con la aprobación de los malos tratos, aparece como una de las figuras clave para extender estos métodos hasta las bases militares de Afganistán e Irak, donde EE UU luchaba contra Al Qaeda.
En las páginas del estudio se documentan cómo algunas técnicas fueron usadas por los militares en otras prisiones en el extranjero. Una vez que las técnicas de tortura fueron aprobadas, los métodos se convirtieron en la base de los interrogatorios no solo en las prisiones secretas de la CIA, sino también en campos del Departamento de Defensa como Guantánamo, en Cuba, y los existentes en Afganistán e Irak.
Torturas como impedir el sueño al preso, el ahogamiento fingido o la intimidación con perros formaban parte de los métodos recogidos en un programa militar conocido como Supervivencia, Evasión, Resistencia y Escape (SERE, en sus siglas en inglés). Militares estadounidenses se entrenaron bajo este programa que enseña a torturar al arrestado.
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