Mario Vargas Llosa no ha tenido hasta ahora "el tiempo mínimo para pensar" en su discurso de recepción del Premio Nobel. Desde que lo ganó el pasado 7 de octubre vive dominado por la emoción del sinfín de felicitaciones que le llegan y por el agotamiento que implica merecer un galardón de esta categoría.
"No se puede imaginar hasta qué punto estoy cansado", le dice Vargas Llosa a Efe desde Nueva York, en la entrevista telefónica que le concede con motivo de la inminente publicación de su nueva novela, "El sueño del celta" (Alfaguara), que el escritor peruano presentará en Madrid el 3 de noviembre.
La concesión del premio ha coincidido con el curso que el gran novelista imparte este trimestre en la Universidad de Princeton, y ese compromiso termina casi en vísperas de su viaje a Estocolmo, donde recibirá el Nobel de Literatura el 10 de diciembre.
"Sigo con mi trabajo, con mis artículos, y alejado de mi propio mundo, donde tengo más apoyo. Pero vamos tratando de sobrevivir", señala el escritor, que aún no ha podido ir Perú, donde "ha habido muchísimas manifestaciones de cariño y de amistad", como las que ha recibido "en España". Viajará a Lima "después" de la concesión del Nobel.
Aunque no sabe aún cómo será su discurso, sí tiene una idea de lo que expusieron los anteriores ganadores. La Academia Sueca le ha enviado un volumen con esas intervenciones y ha visto que "casi todos ellos son un testimonio muy personal de la relación de los escritores con su vocación, con su país, con hechos centrales, neurálgicos de su existencia. Y yo -dice- voy a abordarlo por ahí".
Vargas Llosa ya ha hablado a lo largo de su vida de esas cuestiones en sus libros, en sus conferencias y artículos, por lo que tendrá que "hacer una síntesis" de cara al discurso.
El escritor es consciente de que haber ganado el Nobel le dará una mayor repercusión a cualquier cosa que diga, y eso le obligará a hacer "un esfuerzo mayor de responsabilidad".
"Yo siempre lo he hecho a la hora de opinar, pero sin duda que, a partir de ahora, voy a tener que ser mucho más riguroso y preciso en lo que escribo y digo", asegura el autor de novelas imprescindibles como "La casa verde", "Conversación en La Catedral", "La guerra del fin del mundo" o "La fiesta del Chivo".
Conocido por su valentía y claridad cuando habla de política, del el abuso de poder o de la falta de libertades, Vargas Llosa asegura que el Premio Nobel no lo va a cambiar, sino que seguirá hablando "con la misma libertad de siempre".
"Ahora tendré que ser muchísimo más cuidadoso, por supuesto, a la hora de escribir y de opinar, sobre todo en ese mundo proceloso de la política. Pero desde luego que lo voy a seguir haciendo con la misma libertad y con la misma independencia de siempre", dice sin dudar.
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