WASHINGTON - Un paquete de estímulo económico por 838 millones de dólares respaldado por la Casa Blanca salió airoso este lunes de una difícil votación en el Senado a pesar de la fuerte oposición republicana.
El paquete fue aprobado con 61 votos a favor y 36 en contra, uno más que los 60 necesarios para que la medida sea sometida al pleno de la cámara alta el martes.
A su vez, ello preparará el terreno para las que prometen ser difíciles negociaciones con la Cámara de Representantes a fin de llegar a un acuerdo final sobre una propuesta que, de acuerdo con el presidente Barack Obama, se requiere desesperadamente para enfrentar la peor crisis económica en más de una generación.
Los líderes demócratas prometieron que en unos días lo pasarán a Obama para que lo promulgue.
La votación en el Senado ocurrió mientras el gobierno trata de impulsar otro componente importante de su plan de recuperación económica.
Las autoridades dijeron que el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, presentará el martes las reglas necesarias para la asignación de los 350.000 millones de dólares que restan de un paquete de rescate, el cual fue diseñado a fines del año pasado con el fin de ayudar al sector financiero y a los dueños de residencias que enfrentan ejecuciones hipotecarias.
En cuanto al estímulo, Obama dijo el lunes por la noche al comienzo de una conferencia de prensa televisada que "puedo decirles con absoluta certeza que el no actuar sólo profundizará esta crisis así como el dolor que sienten millones de estadounidenses".
Además, el mandatario indicó que los recortes fiscales por sí solos no pueden solucionar los problemas económicos, en especial cuando están enfocados a las personas acaudaladas.
Los resultados de la votación del lunes fueron cerrados, pero pocos dudaban de un resultado favorable luego de que la Casa Blanca y los dirigentes demócratas aceptaran reducir el paquete en 100.000 millones de dólares el viernes.
En consecuencia, los senadores republicanos Susan Collins, Olympia Snowe y Arlen Specter aceptaron votar en favor del plan.
El senador demócrata Edward M. Kennedy, quien enfrenta cáncer cerebral, se presentó por primera vez en el Capitolio luego de sufrir un ataque el día de la asunción presidencial, para apoyar la medida junto con sus correligionarios.
"No hay razones por las que no podamos hacer esto para el fin de semana", dijo el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid. Indicó que está listo para tener al Senado sesionando incluso durante el fin de semana, y le advirtió a los republicanos que no hicieran nada para impedir avances.
Agregó que la aprobación del plan representaría "el primer paso en el largo camino hacia la recuperación".
Momentos antes de la votación, la Oficina de Presupuestos del Congreso emitió una nueva estimación que colocaría el monto del plan en 838.000 millones de dólares, un alza con respecto a los 827.000 de la semana previa.
Irónicamente, la agencia dijo que las partes del plan que tienen como fin limitar los bonos para los ejecutivos de las empresas que reciben la ayuda resultaría en menos ingresos por concepto de impuestos para el gobierno.
"Este plan tiene los votos necesarios para ser aprobado. Eso lo sabemos", concedió el senador republicano John Thune, quien a diario ha protestado contra el plan en la cámara alta.
Y como para señalar las posibilidades de aprobación del proyecto, la Cámara de Comercio de Estados Unidos, un poderoso grupo empresarial, emitió una declaración pidiéndole al Senado que aprobara la medida.
Aún así, en las horas previas a la votación del lunes, los oponentes republicanos señalaron que el plan era demasiado costoso y difícilmente tendría el efecto deseado en la economía. "Este es un proyecto de gastos, no de estímulo", dijo el senador Lamar Alexander.
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