lunes, 21 de diciembre de 2009

A propósito de las recientes actividades realizadas por la Asociación de Mocanos Residentes en Santo Domingo


he escarbado en mis archivos y he encontrado el siguiente artículo que escribí el 17 de marzo de 1991 para la Sección “Frente a Frente con la Realidad” del programa radial "Panorama del Hombre" que dirigía José Rafael Vargas en HIN Radio:
En el día de ayer asistimos a una reunión de mocanos residentes en Santo Domingo con sus autoridades municipales, en especial con el Sr. Síndico Silverio Ferreira.
Fue muy notoria la ausencia, justificada o no, de ciertas autoridades de origen mocano que tienen mucha incidencia en el gobierno actual. Nos referimos, entre otros, al Procurador General de la República, al Secretario de Interior y Policía y aquéllos que fueron elegidos por su pueblo para que lo representara ante el Congreso Nacional.
Pero sí fue muy notoria la presencia militante de varias decenas de personas que con cierta incidencia social y hasta sin ella, manifestaron el interés de hacer desde aquí algo por el bienestar de su pueblo.

El señor Síndico del municipio de Moca es un joven muy dinámico que ha manifestado todo el interés que tiene, sin importar el Partido a que se pertenezca, por corregir en conjunción los más acuciantes problemas que tienen los mocanos y que son competencia de su actividad.

Su dinamismo y su juventud han significado un reto a varios años de gobierno municipal que estaba sostenido en las manos de ciertas élites que tal vez pudiendo llegar al cielo, apenas llegaron a las nubes.

De sus labios oímos decir que es contradictorio que el pueblo de Moca-y esta es la situación de gran parte del país-ha progresado paulatinamente, pero que en ciertos asuntos vitales ha echado para atrás: el hospital no está ofreciendo servicios adecuadamente; los parques ya no son centros de recreación; nos hemos olvidado de las retretas de antaño; la deforestación está acabando con los ríos; el pueblo se está muriendo de sed, y - agregamos nosotros- la provincia Espaillat, que es todo un bosque, tiene un municipio cabecera, Moca, que es un desierto, porque hay en la ciudad muy pocos árboles, donde se pueda uno parar a tomar el fresco, y, por otro lado, el horrible ruido de los motores sin mofflers, no permiten que se pueda sostener sin interrupción una conversación de cinco minutos…y de poder dormir con tranquilidad…ni hablar!

También oímos decir de él que tenemos que empezar a acostumbrarnos a resolver nosotros mismos nuestros propios problemas; que no podemos seguir esperando que las autoridades de la Nación, a veces tan lentas, empiecen a resolver los asuntos; que los que estamos interesados en nuestro pueblo, tenemos que arrancar desde ya, formando grupos de trabajo que diligencien y maniobren los pasos a dar para trabajar ya.

La calidad de la vida humana en el país cada vez más va en deterioro, en proporción inversamente proporcional a las edificaciones y los gastos que se están haciendo. Y todo esto por culpa de una dirigencia que no concede paso a las prioridades cotidianas.

Nosotros, sin olvidarnos de lo anterior, y sin dejar de enfrentarlo, debemos y tenemos que contribuir con iniciativas como las que está llevando a cabo la Sindicatura de Moca, porque a nadie le importan más sus dolores que aquél que los está padeciendo. Y los pueblerinos que hemos podido tener acceso a la vida capitalina, debemos tener muy presente lo que físicamente hemos dejado atrás, porque todavía es nuestro, y porque todavía nuestras raíces no se han marchitado.

Moca, todavía no es un pueblo blanco, como el que describe Joan Manuel Serrat.

Luis Manuel Brito Ureña

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