lunes, 13 de agosto de 2012

Empresario afirma Nikay Bioproceso surge de la fe y del esfuerzo de iniciadores, y deplora limitaciones encontradas en el Estado; inaugura nuevas instalaciones en el parque industrial PISAN de San Cristóbal

El presidente de Nikay Bioproceso, licenciado César Aybar, 
interviene en el acto de inauguración de las nuevas instalaciones
 de la empresa, ubicada en el parque industrial de Pro-industria,
 San Cristóbal.

Ø  “Por eso Nikay Bioproceso es un milagro, un producto del esfuerzo; luchando contra el Estado –con raras excepciones-, luchando contra gentes que sin uno hacerle nada, no sé por qué quieren hacer daños…luchando contra todos, señores, hemos llegado hasta aquí”, subrayó el licenciado Aybar.

SAN CRISTÓBAL.-La existencia y sostenibilidad de Nikay Bioproceso ha sido producto del esfuerzo y  de  la fe de sus iniciadores, y a pesar de algunas limitaciones encontradas en instituciones del Estado, “con raras excepciones” de aquellas que les han respaldado en su empeño por lograr su crecimiento, afirmó el empresario e investigador, licenciado César Aybar, en el acto de inauguración de las nuevas instalaciones de esta empresa en el parque industrial PISAN, de aquí de San Cristóbal.

La empresa fue constituida legalmente el 15 de octubre del 2005 y coloca su producción en mercados de Puerto Rico, Nueva York,  Miami y Haití, mientras perfila penetrar entre consumidores de Colombia y países asiáticos como Taiwán y Japón.

Aybar  citó al sector eléctrico, los impuestos, servicios aduanales y trámites de registros entre las limitantes que afectan el surgimiento y fortalecimiento de la pequeña empresa de innovación en el país. Sostuvo que Nikay Bioproceso, sin embargo, encontró apoyo en instituciones como el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI), el Centro de Exportación e Importación (CEI-RD) y de Proindustria, entre otros organismos, así como del empresario privado Ignacio Méndez.

Aybar dijo que Nikay Bioproceso, que cumple siete años y que surge “casi de la nada” como “una empresa del conocimiento”,  ha tenido que sortear dificultades propias de iniciativas como esta en un país donde todavía el Estado no sopesa a profundidad el valor del conocimiento.

Hizo alusión para explicar la voluntad de crear esta empresa a la versión bíblica de que según la expresión de Jesucristo, “si tuviere fe del tamaño de una semilla de mostaza le dijeren a esa montaña quítate y échate al mar y la montana lo haría”. El empresario narró que no sabría explicar cómo ocurrió el surgimiento de este sueño empresarial, pero que si le preguntan diría: “¿tú crees en milagros?, Nikay Bioproceso es un milagro porque no hay nada que se parezca más a un milagro que Nikay Bioproceso”.

Señaló que esta compañía ha sido un milagro porque según dijo, no  podría explicar que ésta,  “sin un chele ni para capital de trabajo ni para nada” haya podido comenzar a operar y colocar valiosos productos como el jengibre líquido, jarabes y concentrados de frutas en mercados nacionales y en el extranjero.

Indicó que los economistas que saben de estas situaciones explican muy bien que sin capital de trabajo no hay empresa que eche para adelante, pero que según su entender, eso ocurre “si no hay fe” en los impulsores iniciales de los proyectos.

“Por eso Nikay Bioproceso es un milagro, un producto del esfuerzo; luchando contra el Estado –con raras excepciones-, luchando contra gentes que sin uno hacerle nada, no sé por qué quieren hacer daños…luchando contra todos, señores, hemos llegado hasta aquí”, subrayó el licenciado Aybar.

Manifestó que si ha persistido en el empeño de edificar esta empresa es por la satisfacción que le produce trabajar convirtiendo conocimientos en productos tangibles. Agregó que eso le da razón de sobra para evitar se le impida “hacer algo que a mí me divierte y lo quiero hacer, pero que, por encima de que me divierte, es algo que trae bienestar y desarrollo, ayuda a otros y es algo que permite que otros tengan qué comer y tengan seguridad social”.

“Aparte de que nos divierte estamos dando un servicio que favorece a los demás, con más razón para no darme por vencido”, enfatizó.

Aybar consideró que, además de la satisfacción que le causa este proyecto empresarial que lo impulsa a no darse por vencido, tiene la convicción de que esta iniciativa impulsa  servicios que favorecen a otras personas, razón por la cual –insistió- “Nikay Bioproceso es un milagro y es una realidad”. El investigador y empresario agradeció a todas las personas e instituciones que a lo largo de estos siete años han apoyado y continúan respaldando esta iniciativa, así como a los medios de comunicación que dijo han sido parte de este proceso de crecimiento de Nikay Bioproceso.

En la actividad estuvieron presentes, además, uno de los mentores de este proyecto y actual  viceministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCYT), doctor Diógenes Aybar; la vicepresidenta y gerente de Operaciones de Nikay Bioproceso, licenciada Katiuska Vicioso;  y el gerente de Proyectos Asociativos de Proindustria, José Miguel Checo, entre otras personalidades y amigos.

Las palabras  de bienvenida estuvieron a cargo de la vicepresidenta y gerente de Operaciones, licenciada Katiuska Vicioso, mientras el representante de Proindustria, José Miguel Checo, expuso sobre el apoyo que han ofrecido las autoridades a este tipo de iniciativa.

En tanto, el viceministro de Educación Superior, doctor Diógenes Aybar, expuso sobre “Cómo influye la ciencia y la tecnología en el surgimiento de la industria de alimentos: caso Nikay Bioproceso”, luego  el presidente de la empresa, licenciado César Aybar, pronunció el discurso central del acto de inauguración de las nuevas instalaciones del agronegocio.

La bendición estuvo a cargo del Pastor Miguel Ángel Ortiz, luego de lo cual se procedió al corte de cinta, el recorrido por las nuevas instalaciones de Nikay Bioproceso y se ofreció un brindis.

Al intervenir en el acto de inauguración el licenciado Aybar explicó que esta empresa, que operaba en el sector de Herrera, surgió casi de la “nada” hace cerca de siete años con el jengibre líquido como producto principal.  Actualmente elabora, además,  jarabes y concentrados naturales de frutas, todos desarrollados mediante únicos y exigentes procesos biotecnológicos surgidos de la inteligencia dominicana.

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