Cuando las cuerdas empiezan a sonar, y el cerebro se llena de alegría,
la noche de nostalgias y la lluvia por caer, es el momento preciso para
disfrutar de las cuerdas tocadas por Moncho Jiménez o por Diego Reyes. Son
etapas de Juan López, que luego del arduo trabajo, se hacen frecuentes en la
casa de algún vecino, como una manera más de llevar la vida.
Luis Manuel Brito Ureña
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