viernes, 24 de junio de 2011

Opinión

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Luis Manuel Brito Ureña
A veces quisiera participar en las luchas populares, o ponerme a trabajar a favor de tal o cual candidato, pero cuando recuerdo los “revolucionarios” que toda la vida han pululado en este nuestro país, vuelvo atrás.
Si me voy a los tiempos remotos, cuando recibí la enseñanza cristiana, y luego regreso al presente y noto cómo se comportan los líderes religiosos, entonces vuelvo atrás.
Nadie es perfecto. Pero no hay que serlo, para cumplir las cosas mínimas con las que se puede lograr que la gente eche adelante.
Si me voy del lado de los diputados y senadores, sólo me resta decir: y cómo muchos de ellos son capaces de hacerse llamar honorables?
Desde que aprendí a distinguir los sonidos estoy escuchando los mismos slogans políticos y los mismos políticos encaramándose en el poder del Estado, olvidándose de esos slogans, con la mala suerte para todos, de que se reciclan. Es como la falta de electricidad.
Cursaba el segundo de bachillerato, y recuerdo cuando estaba leyendo a la luz de una lámpara jumiadora un libro titulado “Tragedias Griegas” (debió haberse llamado “Tragedias Dominicanas”), que me lo había prestado la Prof. Antonia Mena (Coqui), que era encargada de la biblioteca del Liceo Secundario. Hoy esa falta de electricidad, sigue reciclándose, en un tiempo en que quieren hacernos creer que “es pa´lante que vamos”, y donde nos hablan de un “Nueva York chiquito”. Y de ese día han pasado más de 40 años.
No olvidaré nunca a un dirigente de los agrónomos con sus slogans ante las cámaras de televisión, y vistiendo una camisita cortitica y apretaíta al cuerpo, de esas con las que no se puede sudar mucho, y ahora lo veo desmontarse de una tremenda yipeta, con un traje de último modelo, y creyéndose a sí mismo que es una figura nacional, pero sin haber hecho nada digno por este país. ¡Pobre ciudad de San Cristóbal!
He caído en cuenta que con la hipocresía se consiguen más y mejores beneficios que con la sinceridad. Si se le pregunta acerca de esto a los políticos, seguro que hipócritamente van a decir que eso no es verdad.
Pero seguiré al lado de la sinceridad, aunque me hunda, y aunque me coloquen entre la espada y la pared (como han colocado al gran pueblo dominicano).
drbritou@hotmail.com

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