sábado, 10 de septiembre de 2011

El otro 11 de septiembre

Escrito por Lic. Luis Manuel Brito Ureña


El día que tumbaron las torres gemelas de New York (o que las dejaron tumbar???), lo primero que escuché sobre el asunto fue la voz de mi cuñado que desesperado y lleno de pavor me dijo: “Estamos bien….no nos ha pasado nada…!”.

Mi asombro fue mayúsculo, pues lo que esperaba desde la distancia era su acostumbrado“felicidades en tu cumpleaños”, como suele hacerlo cada 11 de septiembre.

Lo que transcurrió en los minutos siguientes, pegado al televisor, fue algo para que cualquiera se quedara con la boca abierta; y para lamentarlo muchísimo. Acostumbrado a tantas fantasías en los medios, al ver caer la segunda torre, no estaba creyendo esa verdad tan patética.

Habría que tener la “carne de gallina” para no sentir esa tragedia en lo más profundo del ser humano. Como otras tantas tragedias mayúsculas de la humanidad, aunque no tan publicitadas.

Pero hay otro 11 de septiembre también muy importante: el de Salvador Allende en Chile en 1973, cuando fue derrocado por Augusto Pinochet y sus asesores extranjeros. Fue un gobierno elegido por voto popular, como le gusta a los que claman por la democracia mundial.

Desde que surgió, comenzaron a ponerle clavitos en los zapatos para verlo morder el suelo, mientras esos demócratas auspiciaban a sus tiranos favoritos de todo el orbe.

Cómo se muestran de complacientes algunas naciones poderosas con ciertos dictadores y homicidas de la democracia, y cómo atacan con sagacidad a tiranos y no tiranos que les son adversos, o que ya dejaron de ser sus amigos, y de los cuales tenemos ejemplos a granel?

Cómo creer entonces en sus aparentes propósitos democráticos y bienhechores?

Los asesinados durante el golpe contra el Presidente Allende, alcanzan unos miles largos, y las consecuencias contra los habitantes de ese país, chilenos y no chilenos, fueron atroces. Es otro gran motivo para recordar este once de septiembre latinoamericano.

Es un 11 de septiembre irremediablemente inolvidable para estas “venas abiertas de América Latina”, que, según un poeta nuestro: “sólo sabe de sus grandes hombres cuando son sus grandes muertos”.

Ya los estadounidenses han establecido de dónde salió el 11 de sept. 2001, y sabemos  las graves consecuencias que eso trajo al mundo. Me gustaría saber de dónde salió el 11 de sept. de 1973.

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