sábado, 23 de julio de 2011

La duda de Wikileaks

Por : Luis Manuel Brito Ureña

Hace unos meses que tenía a “medio talle” un artículo con referencia a Wikileaks. Ha llegado el momento de referirme superficialmente a ese portal de internet que tanta fama ha tomado.
En R. D. hay mucha gente que cree que todo lo que viene de USA es lo mejor y lo más correcto. Y eso se aplica mucho en el campo de la información. Con frecuencia apoyan, creen y alaban todo lo que sus medios de comunicación difunden. Y poco les preocupa saber si es cierto, o es mentira.
Pero parece ser que esta vez no. Ahora esa creencia ciega no es la misma, a juzgar por ciertas reacciones a
la difusión de los cables que se refieren a nuestro país. ¡Ahora no! ¡Qué coincidencia!
Si aquí no hubiese periodistas como Nuria, Alicia, Zapete, y unos cuantos más, muchas perversidades no se supieran, y siguiéramos con los ojos bien tapados. Lo malo de esto es, que denuncia y denuncian, y son pocos los resultados positivos que se obtienen. Es como si estuvieran arando en el mar.
Muchas de esas denuncias, con pruebas más que suficientes, y sin que nadie se atreva a rebatirlas, por temor a quedar más enlodados, o por temor a tener que taparse las narices, nos dicen que, si aquí hay gentes que alguna vez fueron serios, hace tiempo que perdieron su corona.
¿Lo que difunde ahora Wikileaks está desacreditando a ciertos personajes dominicanos, o los desacreditados están desacreditando a Wikileaks? ¿Es cierto que “cuando el río suena, es porque agua trae”?
Son preguntas muy difíciles de responder, y crean más dudas y criterios subjetivos, que pensamientos objetivos.
Una de las cosas que siempre he visto con cierta ojeriza en la justicia, es la constante exigencia de aportar pruebas materiales para condenar a los imputados (aunque “todo es según el cristal con que se mire”), pues bajo ese criterio, son muchas las cosas que se quedan tapadas, y otras tantas son las que no se pueden destapar, por temor a las demandas en daños y perjuicios, bajo el alegato de la falta de pruebas, o por afectar la honorabilidad de las personas.
Entre lo que difunde Wikileaks, y lo que dicen determinadas personas, no sé hacia cuál “verdad” inclinarme. Y entonces, mi duda se acrecienta. Y como Shakespeare, no sé si soy, o no soy.
Prefesor y Abogado Luis Brito Ureña
Sin aceptar como verdad, ni como mentira, lo que difunde ese medio informativo, ni siquiera me imagino la cantidad de personajes dominicanos que en estos momentos deben estar temblando por los cables que faltan por difundir.
Mientras tanto, casi pasando la novelita de Sobeida, estamos iniciando la otra telenovelita, que, por el grosor de los papeles, se convertirá en un telenovelón (o un culebrón, como dicen en Madrid).
La duda queda, y en términos jurídicos, la duda favorece al reo (LAMENTABLEMENTE).

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