viernes, 13 de enero de 2012

Opinión

Moca tiene que estar llorando.
Luis Manuel Brito Ureña
No voy a entrar en detalles sobre cómo sucedieron realmente aquellos acontecimientos.
Pero diré que mis antepasados contaban que cuando sucedió el degüello de Moca, a principios del siglo XIX, las tropas haitianas del presidente o rey Henri Christophe de Haití, en su retirada, reunieron a los mocanos en el templo y realizaron una masacre nunca vista en esta población.
Y dicen, que a los niños lo lanzaban al aire, para esperarlos en la punta de una bayoneta.
Ese es el nombre dado a la Universidad regalada por el pueblo dominicano a Haití (mientras se está anunciando el cierre de centros universitarios en San Pedro y Samaná), y estimo que tal afrenta debe ser motivo para que Moca esté llorando.
¿Y dónde está la conceptualización de la que tanto se habla hoy en las altas esferas?
Tuve referencias sobre este autoproclamado Rey haitiano, cuando estudiaba la Licenciatura en Letras en la UASD y me tocó analizar la obra de Alejo Carpentier titulada “El Reino de Este Mundo”.
Al saber del nombre dado a esa universidad haitiana, de inmediato me vino a la mente una breve poesía que escribí el 13 de julio de 1982, en donde intento decir cómo somos nosotros.
Somos lo que somos
Somos eso
Caribes
Y  sal
Y azúcar
Somos lo que cambia
Lagartos
Extasis
Rubor
Cicatriz.

Y también somos
Marea
Y plenilunio
Y huracán
Y sol cuajado
Redoma
Ambigüedad y sin razón
Delta, lluvia y vapor.

Somos tropicales.


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